WILLIAM CROOKES
(1832 – 1919) Inglaterra – científico del siglo
Químico, uno de los científicos más importantes en Europa del Siglo XIX, tanto en el campo de la física como en el de la química. Estudió en el Colegio Real de Química de Londres. Fundó la revista de divulgación “Chemical News”. En 1863 entró a la Real Sociedad de Química, recibiendo la prestigiosa medalla para 1875. En 1888 recibe la Medalla Davy, fue nombrado caballero en 1897, la Medalla Copley en 1904 y en 1910 fue nombrado “Sir” recibiendo la Orden del Mérito.
Sus premios fueron por sus investigaciones sobre la electricidad, la radiación y el descubrimiento de un nuevo elemento: el thallium.
Fue además, Presidente de la Real Sociedad de Química, miembro de la Real Sociedad Científica, presidente de la Unión de Ingenieros Eléctricos, Director y escritor de la Revista de ciencias del Reino Unido “Quarterly Journal for Science”.
En 1869 comenzó sus investigaciones espíritas, trabajando con los mejores médiums de la época, como la Sra. Marshall, J.J.Morse y Daniel Home. Pero sin duda, la más famosa de sus médiums fue Florence Cook.
La investigación de los fenómenos psíquicos, llevada a cabo por Sir William Crookes en los años 1869 a 1874, es uno de los principales hechos en la historia, tanto más si se tiene en cuenta el alto nivel científico del investigador, el serio y justo espíritu que le animó, los resultados extraordinarios que consiguió y su declaración de fe como consecuencia final de ellos.
En 1873 se funda en Londres la “Asociación Británica de los Espiritistas”, de la cual Crookes fue miembro destacado.
Crookes declara que comenzó sus investigaciones de los fenómenos psíquicos, creyendo que era necesario demostrar el engaño que en ellos se encerraba. Estudió durante 4 años el ectoplasma emanado de la médium Florence Cook.
Florence Cook, era una joven de 15 años, dotada de grandes facultades psíquicas bajo la rara forma de materializaciones completas. Crookes realizaba los experimentos en su propia casa. Un pequeño estudio o habitación, daba a un laboratorio de química, separando ambas habitaciones una cortina. La Srta. Cook descansaba, sumida en trance, en un diván colocado en la habitación interior. En la exterior, en una semioscuridad, hallábase sentado Crookes en unión de otros observadores, a quienes había invitado. Al cabo de un rato, que oscilaba entre veinte minutos y una hora, aparecía una figura materializada por el ectoplasma de la médium. La existencia de tal substancia y el procedimiento de su producción eran desconocidos en aquellos días.
El ectoplasma que salía de todos los poros y orificios de la joven médium se arrastraba por el suelo hasta elevarse, lentamente, y formar la figura completa del espíritu, quien venía del otro mundo a dejar su testimonio sobre la continuación de la vida.
Aquella aparición, que podía andar, hablar y accionar en todos los sentidos, como un ser independiente, es conocida con el nombre de «Katie King», que ella misma se atribuyó.
En un principio, Crookes sostenía que Florence Cook y Katie King era el mismo individuo, hasta que pruebas más convincentes vinieron a demostrarle que ello era imposible, por las grandes diferencias en altura, tamaño y personalidad entre las dos jóvenes.
Hizo innumerables exámenes al Espíritu materializado de Katie King, a quien pesó, midió, tomó la temperatura y el pulso, examinó el vestido, uñas y cuerpo; tomándole 44 fotografías, valiéndose de la luz eléctrica.
Katie King, afirmó que era hija de Juan King, conocido desde hacía tiempo por los espiritistas como el espíritu que presidía muchas sesiones en las que se obtenían diversos fenómenos materiales en Velmont (Estados Unidos), a través de la mediumnidad de los hermanos Eddy, Guillermo y Horacio.
Katie dijo que su nombre terrenal había sido el de Morgan; King era más bien el título genérico de cierta clase de espíritus, pero no un nombre corriente. Su vida se había extinguido hacía doscientos años, en la isla de Jamaica, durante el reinado de Carlos II.
Con experiencias repetidas en laboratorio, durante más de tres años Willian Crookes registró cuidadosamente todas las materializaciones, conversaciones y detalles de tan importantes manifestaciones del mundo espiritual, ocurridas con el único propósito de despertar las conciencias dormidas de los hombres inmersos en la materialidad.
Finalmente, el 31 de mayo de 1875, Crookes escribió a la Sociedad Dialéctica de Londres: «Los señores me solicitaron observar si los fenómenos son posibles, mas yo les diré, no sólo son posibles, son reales».
Los resultados obtenidos por Crookes, fueron relatados por él en el Diario Científico, causando la más profunda conmoción en el mundo científico. Sólo muy pocos, pero elevados espíritus, como Russell Wallace, Lord Rayleigh, el joven y notable físico Guillermo Barrett, Cromwell, Varlery y alguno más, veían en aquel relato la confirmación de ideas propias o motivo suficientemente serio para continuar el camino de investigaciones. Hubo, en cambio, un grupo intolerante encabezado por el fisiólogo Carpenter, que ridiculizó aquellos hechos, acusándolos de locos y fraudulentos.
Cuando Crookes advirtió que su reputación científica peligraba. Entonces, sin recurrir a ambiguos pretextos, procuró ponerse en guardia y tomó precauciones. Prohibió que sus artículos fueran reproducidos, y retiró de la circulación las extraordinarias fotografías en que se le veía del brazo de Katie King materializada. También se mostró excesivamente parco en definir su posición en el asunto.
Sin embargo, en su discurso presidencial ante la Real Sociedad Británica, en Bristol, en 1898, aludió brevemente a sus primeras investigaciones de carácter psíquico y se expresó en esos términos: «No he tocado otro punto de mayor interés y, para mí, el de más peso y de mayor alcance. En toda mi carrera científica no hay episodio más generalmente conocido que la parte que tomé, hace ya muchos años, en ciertas investigaciones psíquicas. Han transcurrido treinta años desde que publiqué el relato de aquellos experimentos encaminados a demostrar que fuera de nuestros conocimientos científicos existe una Fuerza ejercitada por una inteligencia distinta de la inteligencia común de los mortales... No tengo que retractarme de nada de lo que entonces dije. Sigo fiel a los hechos que publiqué. Y aún podría añadir en corroboración de ellos mucho más.»
Años más tarde, en 1917, declaró en la revista Psíquica Internacional: “Estoy muy satisfecho de todo lo que dije en los primeros días de mi investigación psíquica. Es verdad que fue establecido contacto entre este mundo y el otro”.
Fuentes consultadas:
•CONAN DOYLE, Arthur. “Historia del espiritismo”
•SCHULTE, Etel. “Espiritismo Sendero de Luz”
•WIKIPEDIA, la enciclopedia libre. Biografías
Tomado del Sitio "Confederación Espírita Argentina"
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