La Doctrina Espírita añade a la Moral del Cristo, el Conocimiento de los Principios entre Muertos y Vivos
por Allan Kardec.¿Cuál es la utilidad de la doctrina moral de los Espíritus, puesto que no es otra que la de Cristo? ¿Necesita el hombre una revelación, y no puede encontrar por si mismo aquello que le es necesario para conducirse? Desde el punto de vista moral, Dios le dio sin duda al hombre a un guía en su conciencia que le dice: "no hagas a otro lo que no querrías que se te hiciera”.
La moral natural está ciertamente inscrita en el corazón de los hombres, pero ¿saben todos leer allí? ¿Jamás negaron sus sensatos preceptos? ¿Que hicieron con la moral del Cristo? ¿Cómo la practican los mismos que la enseñan? ¿No se convirtió en papel mojado, en una bella teoría, buena para otros y no para sí? ¿Le reprocharíais un padre por repetir diez veces, cien veces las mismas instrucciones a sus hijos si no sacan provecho de ellas? ¿Por qué Dios haría menos que un padre de familia? ¿Por qué no enviaría de vez en cuando entre los hombres mensajeros especiales encargados de recordarles sus deberes, y de devolverlos al buen camino cuando se desvían, de abrir los ojos de la inteligencia a los que los cerraron, como los hombres más avanzados envían a misioneros entre los salvajes y los bárbaros?
Los Espíritus no enseñan otra moral que la de Cristo, por la razón que no la hay mejor. Pero entonces ¿para qué su enseñanza, ya que sólo dicen lo que ya sabemos? Podríamos decir tanto sobre la moral del Cristo, que fue enseñada quinientos años antes que él por Sócrates y Platón, y en términos casi idénticos; de todos los moralistas que repiten la misma cosa en todos los tonos y bajo todas las formas. ¡Pues bien! Los Espíritus vienen simplemente para aumentar el número de moralistas, con la diferencia que, manifestándose por todas partes, se hacen oír tanto en la choza como en el palacio, tanto por los ignorantes como por la gente instruida.
Lo que la enseñanza de los Espíritus añade a la moral del Cristo, es el conocimiento de los principios que conectan otra vez a muertos y vivos, que completan las nociones vagas que había dado del alma, su pasado y su futuro, y que dan como sanción a su doctrina las mismas leyes de la naturaleza.
Con la ayuda de las nuevas luces aportadas por el Espiritismo y los Espíritus, el hombre comprende la solidaridad que enlaza a todos los seres; la caridad y la fraternidad se convierten en una necesidad social; el hombre hace por convicción lo que hacía sólo por deber, y lo hace mejor. Cuando los hombres practiquen la moral de Cristo, entonces podrán decir que no necesitan más de moralistas encarnados o desencarnados; pero entonces Dios ya no se los enviará más.
Extractos del Libro "Caracteres de la Revelación Espirita", por Allan Kardec.
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