20 de febrero de 2019

Cualidades del alma

Cualidades del alma

por Allan Kardec.

El alma del hombre sobrevive al cuerpo y conserva su individualidad después de la muerte. Si el alma no sobreviviera al cuerpo, el hombre no tendría delante de si otra perspectiva que el vacío, lo mismo que si la facultad de pensar fuese producto de la materia; si no conservara su individualidad, esto es, si fuese a perderse en el gran todo, como las gotas del agua en el Océano, sería esto para el hombre el vacío del pensamiento y las consecuencias las mismas que si no tuviera alma.

La vida del alma después de la muerte corporal, queda probada de una manera irrecusable, y hasta cierto punto palpable, por las comunicaciones espiritistas. Su individualidad esta demostrada por el carácter y las cualidades propias de cada uno, pues siendo estas cualidades el distintivo de unas almas de otras, constituyen lo que se llama su personalidad; y si fuesen confundidas en un todo común, estas cualidades serian de todo punto uniformes. Además de estas pruebas inteligentes, existe la material de las manifestaciones visibles o apariciones, que son tan frecuentes y auténticas que no es posible dudar de ellas.

El alma del hombre es feliz o desgraciada después de la muerte, según el bien o el mal que haya hecho durante la vida. Admitida la existencia de un Dios soberanamente justo, no puede admitirse que las almas tengan reservada una suerte igual. Si la situación futura del criminal y del hombre virtuoso debiera ser idéntica, quedaría excluida la utilidad de obrar bien; así que, suponer que Dios no establezca diferencia entre el que obra bien o mal, sería negar su justicia. No siendo castigada la maldad ni premiada la virtud durante la peregrinación terrestre, es forzoso creer que la justicia se demostrará mas tarde, pues de lo contrario, Dios no sería justo.

Las penas y goces quedan probados, además, por las comunicaciones que el hombre puede establecer con las almas de los que fueron y que describen su estado venturoso o feliz, la clase de sus goces o sufrimientos, como también la causa de ellos. Dios, el alma, la individualidad y vida del alma después de la muerte del cuerpo, y las penas y recompensas futuras, son los principios fundamentales de todas las religiones.

El Espiritismo añade a las pruebas morales de estos principios, las pruebas materiales de los hechos; y la experimentación destruye los sofismas del materialismo. En presencia de los hechos, la incredulidad no tiene razón de ser; así es que el Espiritismo devuelve la fe a los que la han perdido y aclara las dudas de los indecisos.

Conceptos Extractados de "Obras Póstumas", por Allan Kardec.