El Espiritismo no es una teoría abstracta
por Allan Kardec
En un grupo del cual participaba durante mi estancia en lyón, en el fondo del salón se levantó un hombre vestido con ropas de trabajador, expresando lo siguiente: "Señor, hace seis meses yo no creía ni en Dios ni en el diablo, como tampoco en que tuviese un alma. Estaba persuadido que cuando morimos todo se acaba. No temía a Dios, pues le negaba; no me atemorizaban las penas futuras, dado que, según mi parecer, todo concluía con la vida. Será bueno decir que no oraba, pues desde mi primera comunión no había vuelto a poner los pies en una iglesia. Además de eso, era violento y arrebatado.
Para resumir: yo no creía en nada, ni siquiera en la justicia humana. ¡Hace seis meses yo era así! Fue entonces que me acerqué al Espiritismo. Durante dos meses sostuve una lucha. Mientras tanto, yo leía y comprendía sin poder negar lo evidente. Una verdadera revolución se operó en mí. Hoy ya no soy el mismo hombre. Oro todos los días y frecuento la iglesia. En cuanto a mi carácter, preguntad a mis amigos si yo cambié. ¡Antes me irritaba con todo, una insignificancia me exasperaba! Hoy soy tranquilo y feliz y bendigo a Dios por haberme enviado sus luces".En un grupo del cual participaba durante mi estancia en lyón, en el fondo del salón se levantó un hombre vestido con ropas de trabajador, expresando lo siguiente: "Señor, hace seis meses yo no creía ni en Dios ni en el diablo, como tampoco en que tuviese un alma. Estaba persuadido que cuando morimos todo se acaba. No temía a Dios, pues le negaba; no me atemorizaban las penas futuras, dado que, según mi parecer, todo concluía con la vida. Será bueno decir que no oraba, pues desde mi primera comunión no había vuelto a poner los pies en una iglesia. Además de eso, era violento y arrebatado.
¿Comprendéis de lo que es capaz un hombre que llega al punto de no creer ni en la justicia de los hombres? ¿Será posible negar el efecto saludable del Espiritismo sobre este hermano? Y hay millares como él. Aunque iletrado, no por eso dejó de comprender. Ello porque el Espiritismo no es una teoría abstracta que se dirige sólo a los sabios; él habla también al corazón, y para hablar el lenguaje del corazón no hay necesidad de poseer diplomas. ¡Hacedlo penetrar por este camino en las mansiones y en las chozas, y él hará milagros!
Conceptos Extratados del Libro "Viaje Espírita en 1862", por Allan Kardec.