6 de marzo de 2019

Imperfección del amor de familia

Imperfección del amor de familia

Autor: María Coello

La familia se puede definir como un conjunto de personas relacionadas por lazos consanguíneos o de afinidad que se caracteriza por ser un sistema abierto que se va a transformar en el tiempo. La familia, aun siendo en principio el amor más egoísta e imperfecto, constituye la base de la sociedad. Pareciera una contradicción pero no lo es, porque la familia tiene como punto de partida la procreación de los seres  para la subsistencia de nuestra especie y al desenvolvernos dentro del conjunto familiar el amor individual y egoísta va transitando desde la transformación individual a la colectiva, ascendiendo  con el transcurrir del tiempo en la escala del amor universal.

Cada familia, tiene una óptica particular de ver el mundo, sus propias  reglas y  creencias que van a  influir en el comportamiento de sus integrantes. La formación individual recibida en el hogar, se va a revertir como producto final, en el colectivo, de allí la importancia de la familia como factor social. La familia constituye un soporte fundamental para la existencia y la protección de la especie, sobretodo, en el caso de los seres humanos,  que  necesitamos mayor tiempo para completar nuestra maduración y desarrollo.

Cuando reencarnamos elegimos el hogar donde vamos a nacer y quienes serán nuestros padres, de los que tomamos un pedacito de sus almas, que sumamos a la nuestra,  para crear afinidades. Muchas veces encarnamos con enemigos para saldar las deudas pendientes, y en ocasiones elegimos pertenecer a una familia determinada por deber o por amor, por eso, en este mundo de expiación, los nexos familiares son complejos y desiguales; porque además de las afinidades van ha estar presentes los antagonismos, que se armonizan o acrecientan con la convivencia.

A veces, hacen falta muchas existencias encarnando con las mismas personas para alcanzar algún grado de afinidad. Por eso, cuando las relaciones familiares o de cualquier tipo, se tornan muy difíciles, es mejor poner distancia y tiempo de por medio y no aumentar el resentimiento y las diferencias, creadas por el antagonismo. Podemos concluir diciendo que la familia es la base de la sociedad y  el amor la base de la familia, pero el amor de familia, es egoísta y por lo tanto imperfecto y limitado, sin embargo, en la medida que sublimamos nuestra alma, los defectos se transforman en virtudes y el amor de familia se perfecciona  y amplia su radio de acción, ya no se centra en el pequeño núcleo familiar, que lucha solamente por el bienestar individual, sino que aspira un bien mayor, a un bien colectivo.

Es cuando comenzamos a transitar por la escala de valores del amor, hasta alcanzar el quinto amor, el amor universal. La familia es un ensayo de convivencia en comunidad. Por eso me pregunto, si no somos capaces de superar las diferencias familiares y de fraternizar con nuestros seres más cercanos ¿Estaremos preparados para salir del reducido grupo familiar a vivir la Comuna de Amor y Ley?

Extractado del Blog Escuela Elipse.