El alma, según Flammarion
por Eduardo Carvalho MonteiroDespués de llegar a ser un astrónomo competente, añadió al estudio de lo visible en los cielos un profundo interés por el misterio de los espíritus invisibles.
Las investigaciones acerca de la naturaleza del alma después de la muerte y su existencia deben hacerse siguiendo el mismo método que se emplea en las demás investigaciones de carácter científico, esto es, sin prejuicios, sin ideas preconcebidas y procurando colocarnos fuera de toda influencia sentimental o religiosa.
Después de las investigaciones que practiqué, animado de ese estado espiritual, declaro que existen las manifestaciones post mortem. Muchos de los hechos que cito aquí, se hallan tan bien demostrados, que están fuera de toda duda, y los que niegan o son ignorantes o carentes de lógica.
El alma existe como ser real, independiente del cuerpo. Está dotada de facultades que son, todavía, desconocidas para la ciencia humana. Puede operar a distancia telepáticamente, sin la intervención de los sentidos. Existe un elemento psíquico, activo de naturaleza que, nos es oculta.
Los seres humanos fallecidos y a los que se acostumbra llamar muertos, continúan existiendo después de la disolución del organismo material. Existen en una substancia invisible e intangible, que nuestros ojos no ven, que nuestras manos no pueden tocar y que nuestros sentidos no pueden apreciar en las condiciones normales. En general no se muestran ni se manifiestan. A veces actúan sobre nuestra mente, y en ciertos casos, pueden demostrar su supervivencia. Cuando influyen sobre nuestra mente y nuestro cerebro, los vemos como los conocimos, con sus ropas, sus modos, su personalidad. Es una percepción de alma a alma. No son alucinaciones, ni visiones imaginarias.
En gran número de casos, las apariciones de los muertos no son intencionales. La persona muerta parece continuar con sus hábitos, errando alrededor de los lugares en que vivió, o no muy lejos de su tumba. Mas, la distancia nada importa a los Espíritus. Las almas separadas de los cuerpos conservan su mentalidad terrestre durante largo tiempo. Verificamos que la muerte no existe. Es una evolución. Es la puerta de la vida.
–¿Y dónde están las almas?– Pregunté. –¿Qué hacen? ¿Son felices?
“–Son de acuerdo con lo que hicieron en esta vida. El karma de los teósofos es una realidad. Los seres que viven sólo para lo que es material y sólo por la materia, no gozarán de los placeres del Espíritu.
Las reencarnaciones se relacionan con los valores intelectuales y morales. La atmósfera está llena de nómadas inconscientes y tal vez de la mayoría de los millares de seres humanos que mueren diariamente. Al abandonar la vida terrena el alma no se torna angélica. Con respecto a la leyenda de los eternos sufrimientos del infierno, difícilmente vemos que pueda concebir eso, la razón humana.
Extractado de Anuario de la Federación Espírita Española.