¿Existe Dios?
por Amalia Domingo SolerEl Espíritu es puro en su origen, porque Dios no puede hacer nada imperfecto, y si este Espíritu al ser creado fuese a habitar en los mundos de luz: ¡Dónde la vida es una sonrisa! ¡Dónde la penalidad no se conoce! ¡Dónde el organismo está libre de dolencias, y el alma de remordimientos! ¡Dónde la inteligencia del Espíritu abarca con una mirada todo cuanto se pueda saber en millones de existencias!
Si el alma al ser creada la dejasen en un edén, ¿Qué mérito tendría la virtud? ¿Qué valor tendría su talento si el amor y la ciencia alfombraran su camino de flores, como en los cuentos de hadas? ¿Que vida sería la de estos seres sin haber conocido el dolor?. ¡Sin saber lo que vale una lágrima, no se sabe apreciar una sonrisa! ¿Cómo vivirían estas generaciones sin haber experimentado una contrariedad en esa contemplación seráfica sin recuerdos y sin aspiraciones? ¡La vida sin deseo dejaría de ser vida! ¡Vivir sin ansiedad no es vivir! Porque el tiempo es la ansiedad de los siglos, que siempre corre buscando un más allá.
La vida de perfecta satisfacción es pobre, ¡Falta en ella la lógica!, ¡El incentivo del trabajo!, ¡El deseo de lo desconocido!, ¡La sed de la ciencia!, ¡La sed del infinito!.
El Espíritu no ha nacido para la contemplación estática, ha recibido la inteligencia para utilizarla, para que le sirva de intermediaria entre Dios y él, por esto, los espiritistas creemos muy posible que el alma entró en la lucha de la vida semejante al niño (en su inocencia), con completa libertad de acción y rudimentaria inteligencia, el niño de la Tierra tiene una vida en sus primeros años apropiada a sus conocimientos y al desarrollo de sus fuerzas.
Como en el hombre hay un principio de origen divino, porque su Espíritu es un átomo luminoso desprendido de la aureola de Dios, el hombre lleva en sí el germen del progreso, y no necesita más que la varita mágica del trabajo le ayude en su empresa, y antes que todo, adquirir cierta sensibilidad, que hace sentir el hambre, la sed, el frío y el calor, y tener necesidad de otro ser para compartir las horas de su vida, y en este lento desarrollo, el alma, educada por ella misma, va mejorando la condición de su existencia y engrandece su esfera de acción, y el ser humano llegó a ser un hombre civilizado comprendiendo la belleza de la Creación.
El hombre tiene dos naturalezas: por el cuerpo, participa de la naturaleza de los animales cuyos instintos tiene, y por el alma, participa de la naturaleza de los espíritus. El lazo o periespíritu que une el cuerpo y el Espíritu es una especie de envoltura semi-material. La muerte es la destrucción de la envoltura más grosera; pero el Espíritu conserva la segunda que le constituye un cuerpo etéreo, invisible para nosotros en estado normal y que puede hacer visible accidentalmente, y hasta tangible, como sucede en el fenómeno de las apariciones.
Conceptos Extractados de "La Luz del Porvenir", por Amalia Domingo Soler.
MI COMENTARIO
Es muy interesante recalcar un punto que toca Amalia en cuanto al mérito.
Si Dios nos hubiera creado perfectos, ¿que sentido tendría habernos creado?.
Sería una creación inútil que todos ya fuéramos perfectos, iguales, y sin necesidad de hacer nada para crecer. Seria muuuuuyyyy aburrida la vida a pesar que solemos quejarnos de nuestros malos momentos.