16 de febrero de 2019

El Espiritista Fanático, Supersticioso o Ético


El Espiritista Fanático, Supersticioso o Ético

por Carlos Quidgley

El espiritista “fanático” es aquel que hace exclusiva la idea de la filosofía espirita, como algo que no admite estudios de otras disciplinas del saber universal. Su pensar se circunscribe a ciertos límites o términos que por su propia naturaleza, parecen estar tan unidos que no se pueden separar. Vive en una especie de ofuscación tenaz, persistente e inflexible, que en ocasiones lo lleva a actuar con dureza y hasta con crueldad, con aquellos que no piensen igual que él. Pretende que solo él es poseedor de toda la verdad referente a la filosofía del Espiritismo. Su ofuscación es tal que quisiera que todo el mundo opinara o pensara igual, olvidándose que así como no hay dos manifestaciones iguales de la cosa física, tampoco las hay de los grados de conciencia de los seres humanos. De allí la diversidad de opiniones en la escala valorativa, o sea cualitativa y cuantitativa de cada quien.

El fanático espiritista, al igual que el religioso, creyendo servir a un dios el segundo y al espiritismo el primero, serían capaces de quemar al mundo y después de verlo reducido a polvo, exclamarían regocijados: ¡QUE BIEN LO HICE! Por otro lado tenemos al espiritista “supersticioso”, el cual por su poco grado de cultura espirita, carece de la racionalidad adecuada para distanciarse de las prácticas agoreras como la predicción con bolas de cristal o cualquier tipo de parafernalia, que se usa en determinados actos o ceremonias afines a sus carencias intelectuales.

Rayan incluso en la imbecilidad de exagerar con ritos o solemnidades y demostraciones absurdas, tales como celebrar sacrificios e idolatrar prendas y retratos de parientes que han fallecido o desencarnado, como comúnmente se dice en la terminología espiritista. El fanatismo puede ser y es frecuentemente hipocresía. La superstición es siempre el resultado de la poca educación, de malos hábitos y de ignorancia. Muy temible es la superstición cuando se nos enseña desde niños, pero es infinitamente más terrible el delirio del fanático.

El espiritista ético es aquel que por su cultura espírita, nace en él una serie de principios que lo llevan a la práctica moral de los mismos, pues se sustenta racionalmente en ellos. La Ética como teoría tiene como génesis el sentimiento del bien, de la conciencia y del fuero interior. ¿Se podrá ser espiritista ético siendo supersticioso o fanático? Ustedes dirán.


Extractado del Blog Escuela Elipse.